El 14 de marzo a las 19:00h se inauguró una nueva exposición de fotografía, con presentación de libro y actuación musical en directo
Se trata de una exposición de una muestra mixta: por un lado fotográficas digitales y, por otro, imágenes procesadas mediante Inteligencia Artificial.
En ambos casos se presenta la relación entre el ser humano y la tierra, entre la naturaleza y la forma de concebirla, pero vista desde tres estilos fotográficos diferentes.
En esta ocasión, la exposición es de la Asociación “Fotografía Artística Contemporánea de Gipuzkoa” FACOGI.
Carmen Verde
Se dedica a capturar paisajes, tanto urbanos como naturales. Siente una gran fascinación por los árboles y le encanta encontrar los detalles que pasan desapercibidos en nuestra rutina diaria. Además, disfruta enormemente realizando fotografías desde el coche, ya que el movimiento que se trasmite a la imagen resulta muy interesante y le permite tener un punto de vista diferente.
Con sus fotografías, pretende transportar al espectador fuera del mundo real. Lamentablemente, este mundo está lleno de caos y ruido, por lo que a través de sus imágenes busca transmitir calma y paz, permitiendo que por unos instantes se olvide de la realidad.
Ve una realidad distinta, pero en realidad no está segura si la ve así o si es la propia realidad la que quiere que la vea de esa forma. Las imágenes que captura Carmen son solo una parte de la historia, la otra parte la realiza en posproducción con la que disfruta muchísimo también. Y esta parte es la que la permite crear historias diferentes enseñándonos el mundo a su manera.
Miguel Iriondo
La fotografía siempre fue para el una afición ligada a la espera: buscar el tiempo de la instantánea, elegir el momento del revelado y del positivado con el consiguiente alboroto de mobiliario doméstico, observar la lenta aparición de la imagen en el papel, en el lapso entre la habitual desilusión y la alegría por algún decoroso resultado. También había algo ligado a lo imperecedero: la perpetua seducción que le generaba la estética del blanco y negro.
A pesar de su confesado gusto por el blanco y negro, para esta ocasión ha buscado el color y su relación con diferentes texturas minerales. El valle de los colores situado en Jaizkibel, también llamado Labetxu, ha sido un lugar al que ha acudido muchas veces tratando de captar los caprichos que la naturaleza nos regala en sus disposiciones arbitrarias y seductoras para nuestra percepción.
Presenta pues ahora estas fotografías de Labetxu en las que su observación del entorno ha delimitado unas formas, estructuras y colores que, por el buscado equilibrio en la instantánea, me producen el sosiego de un efímero orden establecido.
Enrique Agote
Es un fotógrafo apasionado por la investigación, la innovación y la experimentación. Basándose en lo que se viene conociendo como postfotografia, se dedica a explorar las posibilidades que ofrece la combinación de técnicas tradicionales y digitales. Últimamente, estudia las novedades en relación con la Inteligencia Artificial y el futuro de este tipo de imágenes sorprendentes y originales.
Su proyecto más reciente se centra en la naturaleza, pero no desde una perspectiva convencional, sino buscando crear nuevas formas de expresión y comunicación.
Para ello, utiliza diferentes fórmulas basadas en el collage, la abstracción y la apropiación. A veces, mezcla elementos de distintas especies o ecosistemas, creando híbridos fantásticos y sugerentes. Otras veces, altera los colores, las formas o las texturas, creando imágenes abstractas que invitan a la imaginación y otras veces, se apropia de imágenes ya existentes, como fotografías satelitales, mapas o gráficos, y las transforma en trabajos artísticos, creando nuevas interpretaciones y significados.
Enrique no pretende imponer su visión, sino provocar la del espectador. Por eso, sus imágenes son abiertas y ambiguas, permitiendo que cada uno las hiciera suyas y les diera su propio sentido.